Seguro que las preguntas de un freelance te cuentan más de una anécdota sobre los abusos laborales que ha sufrido por parte de los clientes. Pero es que si preguntas a los clientes, es decir, las empresas, es muy posible que tengan también historietas sobre cómo no se cumplió un trabajo independiente. a contrato de autónomo puede solventar esta clase de situaciones. ¿Quieres saber más sobre este tipo de contrato?
Qué sentido tiene hacer un contrato a un freelance
a la profesión freelance no está regulada como la asalariada al que ampare le un contrato fundado en el Estatuto de los Trabajadores. Su figura se asemeja a la de una empresa. De hecho, en su condición de autónomo, es un empresario individual y tiene su propia planilla de cotización a la seguridad social como trabajador independiente. Sin embargo, frente a la estructura que suele caracterizar a una empresa, se encuentra tan desprotegida como un salario sin contrato.
Por lo general, por decisión de un mediador contrato entre autónomo y empresa es una condición que impone la compañía o la entidad que contrata el servicio. En ese sentido, lo que se protege son los derechos de la empresa. Ahora bien, para el freelance también puede ser vantajoso formalizar la relación, pues es una prueba firme de que el encargo se ha producido y las condiciones en las que se ha hecho.
Cláusulas que contienen un contrato de autónomo
No existe una única forma de redactar un contrato freelance. La empresa es la que suele proponer una serie de condiciones y el freelance o autónomo las accepta o no. Incluso puede darse cuenta de la situación de que est proponga una variación y se la acepte. Dependiendo del tipo de servicio que ofrezca la empresa, será más importante contemplar ciertos aspectos que otros. Señalemos uno estructura general con cláusulas muy comunes en los contratos de autónomos:
- Números y datos fiscales de cada una de las partes.
- Descripción del servicio o el tipo de trabajo que se está contratando.
- Tarifa o precio completo del encargo También es frecuente que se indique aquí el procedimiento a seguir en caso de que el encargo no se lleve a cabo o se haga de una manera incompetente. El autónomo podría proponer una cláusula sobre la subsanación por parte de la empresa y retirarse en el pago.
- Plaza en los que debiere estar terminado el encargo. También aquí se suele incluir alguna restricción en caso de incumplimiento del plazo de ejecución. Al igual que en la cláusula anterior, es un buen punto que el autónomo proponga las condiciones anteriores a la empresa. Si su trabajo depende de si la empresa aprueba o integra otras tareas en el flujo de trabajo, los plazos de ejecución de la orden se moverán en consecuencia.
- Confidencialidad. Esta es una de las principales razones por las que las empresas requieren la formalización de un contrato con la persona que presta el servicio. La necesidad de proteger la información reservada del personal interno motiva la aparición de este tipo de cláusulas, ya que el autónomo es, al fin y al cabo, un agente externo que puede incluso trabajar para la competencia.
- Propiedad intelectual y derechos de explotación. Ciertas actividades que requieren un trabajo creativo por parte del freelancer (como la edición o el diseño) podrían estar sujetas a derechos derivados de la Ley de Propiedad Intelectual. Lo que debe tener en cuenta la persona que realiza el servicio es que los derechos que se cede son los de explotación, no los de autoría, y que corresponde determinar un ámbito de aplicación (tiempo de explotación o condiciones de publicación, por ejemplo). Es muy recomendable que tanto la empresa como el autónomo se valoren profesionalmente con la condición de que firmen.
Que estaria fuera de la ley
Por supuesto, podría haber cláusulas abusivas. dependiendo de la situación, la de no apariencia podría ser una de ellas. Según el requisito, el autónomo no puede trabajar para ninguna otra entidad. sin embargo, no le restalada un contrato laboral que vele por sus derechos en caso de que dejen de contar con sus servicios de la noche a la mañana.
Y, por supuesto, siempre hay riesgo de caer en el falso autonomo. Para ser un verdadero profesional independiente (es decir, autónomo o freelancer), debes cumplir estas condiciones:
- Tener capacidad para negociar precios.
- Puedo arreglar las horas de trabajo.
- Trabajo con materiales propios de los medios.
Y cumple alguna de estas situaciones, conviene revisar bien todas las condiciones y ver si en realidad correspondería un contrato asalariadotal como señala la ley riders.
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