La proactividad es una de las habilidades blandas más destacadas; sin embargo, hay determinados puestos para los que no está tan bien vista. Posiblemente porque se malentienda su sentido. Esto es lo que pasa en la típica empresa que dice “no pagamos por dinero”. Analizamos las ventajas de la proactividad y matizamos los inconvenientes, ya que no son cuentos si se entiende bien el concepto.
Por qué se valora tanto la proactividad
a definicion de proactividad apelar a la capacidad de prever lo que será necesario en el futuro y anticiparse con cierta iniciativa. Se tiene en gran consideración porque cada vez requiere mayor agilidad. La burocracia y una supervisión excesiva son dos de los enemigos de la agilidad. Aunque todavía hay muchas empresas ancladas en estas viejas prácticas de mando, están aumentando a buen ritmo a medida que se aplican a estructura funcional que aportan las metodologias agiles. Sobre todo en entornos altamente tecnológicos, donde se requiere capacidad crítica, creativa y absolutamente operativa. Si este es tu campo, harás bien en destarar la proactividad por encina de otras habilidades.
Las personas proactivas notarán un error o algo que ven con mayor retraso con la misma rapidez que los que no lo saben. La diferencia es que las primeras son capas de pensar en una solucion y, sobre todo, en como llevarla a la practica. En el caso de que sus funciones y consideración en la empresa se lo permitan, hará la propuesta o actuará directamente con una urgencia mucho mayor que si la decisioni tiene que pasar por innumerables vistos buenos. Todo esto se traduce en algo que a los empresarios les encanta: ahorrar costes y ganar posición en el mercadopues sus productos o servicios se ofrecen con mayor inmediatez y calidad.
Contras de esta habilidad, ¿existen?
Tal como hemos apuntado al principio, el typo de empresas que ven con misfianza la proactividad son aquellas que la entienden. Puede que en tu puesto de trabajo haya un procedimiento leonino de supervisiones y que cada paso tenga que ser reportado. O bien que coarten por sistema cualquier iniciativa solo porque piensan que el caos se instaurará como levanten un poco la mano. Estos sistemas de mando (que no de liderazgo, porque liderazgo tiene otras connotaciones) pueden llegar a generarte una actitud apática que muchos llaman reactividades decir, falta de motivación a la hora de hacer propuestas aunque detecta antes que nadie lo que no funciona.
Con el tiempo toda esta situación termina por hacer mella y aparecer los primeros símtoms de agotamiento. Una via que puedes tomar para evitar est mal que afecte a tu salud fisica y mental es plantarte si puedes hacer algo por modificar esta dinamica. Y ya está, estudia cómo debes actuar para llevar a cabo. Si reconoces que el cambio no está en tu mano, puedes evaluar cuál es el límite que no estás dispuesto a asumir. Todo lo que cae por debajo de este tope, es asumible y no debe perturbar tus pensamientos. Por supuesto, el límite debe ser flexible y adaptarse completamente a tus necesidades en cada momento.