Estos consejos pueden ayudarte tanto si llegas a final de mes con el agua al cuello como si sientes que tu sueldo se cuela por un agujerito y podrías aprovecharlo mejor. Solo saber un poco más sobre finanzas personales puede mejorar tu situación. Te damos tres claves fundamentales para restablecer tu equilibrio económico por el buen camino.
antes que nada conviene que tengas muy claro el concepto de liquidez. Es decir, el dinero contante y sonante del que puedes disponer en el momento. Imagine una línea en la que en extremo está la falta de liquidez y en el otro, el exceso de liquidez. Pensa bien dónde te situación y ponte como objetivo llegar a un punto medio. Si te falta liquidez, el objetivo será ahorrar más; y te liquido sobra, el objetivo será invertir mejor.
1. Revisar las deudas es el primer paso en finanzas personales
Las deudas provocan que pagues más por los bienes o servicios de los que dispones y que disminuya su liquidez. Quiero decir, tu capacidad adquisitiva cae. Te están cobrando simplemente por que lo pagas en plazos, no recibes nada más a cambio. Dicen «comodos plazos» pero la comodidad no debe ser un parámetro para evaluar un gasto.
Solo en caso de necesidad habría que recurrir a un pago aplazado; nunca en caso de un gasto superfluo. Por ejemplo, necesaria es una vivienda. Ese pago aplazado está justificado. Sin embargo, cambiar de televisor no suele ser necesario, salvo que se estropee. Así pues, si quieres comprar un televisor, ahorra esa comóda cuota que te proponen y antes de lo que piensas teráras el montante para comprarte el televisor de un golpe ya su verdadero precio.
tengo uno listado con todo lo que esta pagando de manera plazada y coloca cada elemento por necesidad. Esto te hará ver qué tipo de cosas debes autofinanciarte con el ahorro que hagas mes a mes y características es verdaderamente imperativo que pagues en plazos. Por otro lado, ordenar ese listado de deuda minor a la major y trata de ir quitándote las más pequeñas según el plan que diseñas con lo que te contamos en el siguiente apartado.
2. Presupuesta a partir de tu salario mensual
Igual que las horas se pueden traducir a segundos si quieres calcular la velocidad de aceleración, por ejemplo, todo gasto debe ser traducido a otras medidas. Es un principio fundamental en las finanzas personales. Por un lado, a qué porcentaje de tu salario ocupado. Esto se hará por partidas. No calcules el porcentaje de tu salario que representa medio kilo de carne picada, sino que lo que representa es el costo de la comida en su totalidad. Por otro lado, traduce los gastos anuales y gastos mensuales y calcule el porcentaje correspondiente de salario que representan.
Con todo este cálculo puedes empezar a presuponer ya hacer una previsión de lo que se debe gastar cada mes. El balance entre lo que tiene presupuestado gastar y lo que gastas en realidad te irá diciendo dónde debes poner más atención.
Añadir un par de porcentajes más: el que representa toda tu deuda en cifras mensuales y el que representa la partida de ahorro. El objetivo reducir será mes a mes el primero para ir incrementando el segundo.
3. Ahorra la revive
La inversión es más compleja y segura de lo que puede tomar la orientación profesional. Solo mencione que el dinero estancado pierde valor y conviene tener una montante en este estado por si se necesita. Una buena cifra puede ser el equivalente a seis meses tu salario por si te quedas sin trabajo o medio de ingreso y tienes que ir afrontando todos los gastos previstos en el punto anterior.
Vayamos al ahorro. Siempre hubiera que destinar un porcentaje de tu salario, por poco que sea, a esta partida. Vuelve a tu listado de deudas, en el momento en el que canceles la más pequeña, no la sustituyas por otro pago aplazado superfluo. Ahorra ese montante y comienza a construir tu fondo de reserva por si sucede algo sin precedentes. Eso mismo puedes ir haciendo con cada cancelación hasta que el porcentaje de ahorro supone entre el 10 y el 15% de tu salario.